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CÁNCER Y ALIMENTACIÓN, LA PARTE QUE ESTÁ EN TUS MANOS.

Mañana, 4 de Febrero, es el día Mundial Contra el Cáncer y por ello querríamos hablarte de esta enfermedad, una de las más comunes de nuestra sociedad con una incidencia, según la SEOM, es de 247.771 casos nuevos en el año 2015. Desgraciadamente hay muchos factores de esta enfermedad que no están en nuestras manos pero hoy me gustaría hablar de aquellos con los que si puedes influir algo.

El boom anticáncer

Conocer las causas exactas por las que podemos desarrollar esta enfermedad no es del todo fácil, ya que los factores de riesgo estudiados son muchos. Entre ellos se encuentran: la genética, edad, alcohol, tabaco, alimentación, obesidad, inflamación crónica, agentes infecciosos, etc.

De los factores nombrados, hay muchos que podemos empezar a cambiar, por ejemplo: la alimentación. Pero ciertas ideas no demostradas científicamente que van circulando por las redes o publicidad engañosa como el de las populares dietas y/o alimentos anticáncer, pueden hacer que dejemos de pensar en lo que realmente importa; que es que la prevención de esta enfermedad no sólo se basa en el consumo ciertos alimentos sino en el conjunto de nuestros hábitos de vida.

¿Qué dice la ciencia de los alimentos anticáncer?

Las investigaciones han determinado nutrientes que se ven asociados a un aumento o disminución del riesgo de cáncer. Sin embargo, los resultados muestran solamente que dicho nutriente está asociado a una variación en el riesgo y no que sea responsable o causa de dicho riesgo.

Por ejemplo: hay estudios que demuestran que el consumo de alimentos que contienen compuestos azufrados encontrados en alimentos del género Allium (ajo, cebolla, puerro, cebollino) tan utilizados en nuestra cocina, tienen efecto protector en la aparición de algunos tipos de cáncer. Pero esto no significa que sólo por el hecho de comer ajo y cebolla cada día las probabilidades sean cero. ¿Y por qué no es suficiente? porque en la mayoría de estudios se utiliza el compuesto azufrado de forma aislada y no el alimento en sí; porque los resultados no son concluyentes y, porque hay otros factores de riesgo que también son importantes y que hay que tener en cuenta como la actividad física, el tabaco, el alcohol y el patrón alimentario.

¿Qué es lo que está en nuestra mano en la prevención del cáncer?

La ciencia ha demostrado que cambiando ciertos aspectos de nuestro estilo de vida la probabilidad de aparición de cáncer disminuye. Así que, eliminemos el alcohol y el tabaco de nuestras vidas, seamos más activos y realicemos actividad física de forma frecuente, descansemos correctamente, mantengamos un peso saludable y disfrutemos de la comida de forma sana, variada y equilibrada. ¿Y cómo empezar a nivel alimentario?

  • Limitar el consumo de azúcares, procesados y grasas saturadas.
  • Aumentar el consumo de frutas y verduras. ¡Que la cesta de la compra esté llena de color! La variedad en estos grupos de alimentos será la que te aporte las vitaminas y minerales que necesitas; además de fibra.
  • Consumo diario de fibra mediante granos integrales y legumbres
  • Realizar cocciones suaves (vapor, hervido, horno, etc) y evitar fritos, rebozados y barbacoas.
  • Que la bebida principal en tu día a día sea agua.

En resumen, no se trata de dietas y alimentos anticáncer sino de aprender a comer de forma saludable, con alimentos reales y de calidad, y que se conviertan en hábitos para toda la vida.

Patricia Ortega Moreno, Dietista – Nutricionista de KOA

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