La lactosa es un azúcar que se encuentra mayoritariamente en leche y derivados, y está formado a su vez por dos azúcares aún más pequeños (glucosa y galactosa). Para digerir la lactosa necesitamos que esos dos azúcares se separen y para eso necesitan a la lactasa (enzima que se encarga de romperlos). Por tanto, la intolerancia a la lactosa aparece con síntomas digestivos que nos advierten que no estamos digiriendo correctamente la lactosa por falta de lactasa.
Tipos de intolerancia a la lactosa y síntomas con los que podemos identificarlas
Existen varios tipos de intolerancia a la lactosa. Hay bebes que ya nacen con esta falta de lactasa porque lo heredan de sus padres (deficiencia congénita de lactasa); en otras ocasiones la fabricación de lactasa va disminuyendo con el tiempo (deficiencia primaria); y otro caso que se puede dar es que esta deficiencia se produzca a causa de otra enfermedad o infección (deficiencia secundaria).
¿Qué nos puede hacer sentir la intolerancia a la lactosa? Los síntomas varían según la persona. Pueden ser: nauseas, dolor abdominal, hinchazón, gases, diarrea, vómitos; y suelen aparecer entre la primera media y dos horas después de haber comido.
Con un buen apoyo nutricional puedes mejorar tu calidad de vida
El tratamiento consistirá en una alimentación sana, variada y equilibrada y, buscando la cantidad de lactosa que cada uno puede tolerar, la cual variará en función de cada persona.
En el caso de una intolerancia total, hay ciertos alimentos que habrá que evitar de la dieta como leches y derivados de vaca, cabra, oveja y búfala; y también es importante revisar las etiquetas de los alimentos y medicamentos ya que pueden contener trazas de lactosa.
En el caso de tener una intolerancia parcial, habrá que valorar la cantidad de lactosa que tolera tu organismo ya que alimentos como yogur y quesos secos suelen tolerarse mejor. Tanto en un caso como en otro, es aconsejable trabajar junto a un dietista-nutricionista que te ayude a llevar unos buenos hábitos alimentarios y para revisar que al eliminar un alimento habitual de la dieta, aunque no imprescindible, podamos mantener una correcta alimentación.
Alimentos que hay que evitar:
Leches y derivados de vaca, cabra, oveja y búfala; y otros productos como leche condensada, leche en polvo, leche evaporada y helados.
Otras recomendaciones nutricionales en la intolerancia a la lactosa:
- Importante aportar buenas fuentes de calcio y vitamina D para mantener fuerte el sistema óseo. Aunque estos no son los únicos factores a tener en cuenta en cuanto a tu salud ósea. Tienes que saber que los lácteos no son imprescindibles pero es bueno conocer otras fuentes de Calcio en la dieta (almendras, sardinas con espina…)
- Repartir el consumo de lactosa durante el día. Con esto los síntomas irán disminuyendo
- Puedes elegir bebidas vegetales y leche sin lactosa. Además, si las bebidas vegetales están enriquecidas con calcio mejor para garantizar el aporte de este mineral.
Es importante tener en cuenta que…
Estas pautas solo son efectivas cuando la intolerancia sólo está relacionada con la presencia de lactosa. La intolerancia a la lactosa puede ser debida a otras patologías. Por ejemplo, se relaciona la intolerancia a la lactosa con la Celiaquía, dónde deberemos evitar también los alimentos con gluten, o con Colon Irritable, dónde se deberá evitar alimentos con FODMAPs (carbohidratos fermentables y con baja absorción en el intestino). Por tanto, es importante un buen diagnóstico médico y acudir a profesionales como dietistas-nutricionistas que te enseñen a llevar unos hábitos alimentarios saludables teniendo en cuenta tu intolerancia.
Patricia Ortega, dietista-nutricionista del equipo de Anabel Fernández en KOA
