En ocasiones el falso conocimiento en nutrición es mucho peor que la ignorancia. De hecho, el 90% de las personas que entra a mi consulta me dice que come bien (el 100% se inventa las estadísticas por cierto…pero os juro que el número es bastante aproximado jeje).
No lo hacen porqué me quieran engañar. Lo dicen porqué realmente lo creen así. No entienden porqué, después de años siguiendo todas las normas alimentarias que han ido leyendo, no consiguen estar en su peso o porqué no se encuentran bien. Porqué, después de años consumiendo productos light o barritas 99 kcal, no bajan de peso. Porqué ese suplemento o alimento de moda no sirve cómo el milagro que dicen que es.
El problema viene, en muchas ocasiones, de toda esa información o falso conocimiento que recibimos de mil fuentes (la mayoría poco fiables) que nos hacen deseducarnos nutricionalmente. Esa información de titulares que nos dice hoy una cosa y mañana otra. Esos falsos conocimientos que nos hace pensar que comemos bien y no buscar la ayuda o información en los sitios adecuados.
Además tener conceptos erróneos o miedos hacia la alimentación, nos hacen sentir culpables por comer el alimento de turno que toque demonizar. Ese sentimiento de culpa se traduce, muchas veces, en conductas alimentarias poco saludables que nos hacen sentir todavía peor.
También hay que hablar de toda esa industria y esas personas que se aprovechan de esta problemática para enriquecerse a costa nuestra. Para confundirnos, para seguir utilizando las falacias de sólo contar calorías y hacernos olvidar que el problema no se cuenta en calorías sino en calidad alimentaria. Esa de la que carecen sus productos la mayoría de las veces.
El problema viene de esos “gurús” preocupados sólo por su bolsillo. Personas que te venden soluciones mágicas y por supuesto relacionadas con algo que les puedas comprar. Déjame decirte que, si lo primero que quieren hacer cuando entréis a una consulta es venderos algún producto (y si viene del Himalaya cultivado por monjes calvos descalzos todavía más…), salid corriendo de allí…
Buscad información en fuentes fiables y no os dejéis llevar por las soluciones rápidas. A día de hoy no existe una pastilla que nos solucione este problema de peso o las enfermedades relacionadas con el estilo de vida que se están convirtiendo en una epidemia mundial. Sólo hay un camino hacia una correcta alimentación que se llama: cambio de hábitos. Puede que sea más lento pero, sin duda, es mucho más definitivo.
