NO COMAS MENOS. COME MEJOR

Empezamos el año y con ello, muchos se cargan de buenos propósitos. Uno de los propósitos más habituales es ponerse a dieta o empezar a comer mejor. De hecho, la búsqueda de la palabra dieta se empieza a disparar en google en estos meses pero a veces cometemos un error de concepto que nos acaba saliendo caro. Por ello, hoy quiero dedicarte una de mis frases preferidas, algo que repito sin cesar: No comas menos. Come Mejor. Deja que te lo explique mejor a continuación.

¿Por qué no comer menos?

Cuando alguien quiere perder peso se le pasa en muchas ocasiones por la cabeza la idea de que tiene que comer menos, tiene que pasar hambre. En ocasiones he recibido llamadas o mensajes de personas que empezaban a trabajar sus hábitos conmigo y me comentaban preocupados “Anabel, no estoy pasando hambre. No sé si lo estoy haciendo bien”. Luego se sorprendían al ver los resultados.

Cuando quieres perder peso no debes pasar hambre. De hecho, es una de las cosas que hay que evitar. El objetivo no es comer lo mismo pero en plato pequeño, cómo a veces he escuchado. El objetivo es cambiar lo que estamos comiendo. Si pasas hambre, es mucho más fácil que acabes picando cosas poco saludables de forma poco controlada. Será más fácil también que te saltes lo que tienes establecido y te acabes sintiendo culpable y frustrado. Esto te llevará de nuevo a tener más posibilidades de abandonar, sentirte mal contigo mismo y tirarte a la comida sentir una satisfacción temporal que luego volverá a convertirse en culpa. Vamos a romper el círculo.

¿Qué significa comer mejor?

¿Comer mejor que qué o que quién? Te estarás preguntando. Comer mejor puede ser difícil de definir a veces y nos cuesta saber por dónde empezar pero para mí la respuesta es sencilla. Definiría comer mejor con estas 4 premisas  que siempre intento que estén presentes en mi consulta:

1. Disminuye los alimentos procesados. Visita más el mercado. Descubre las tiendas que hay en tu barrio. Cocina más sin pasarte la vida entre cazos. Empieza a comprar comida de verdad.
2. Aumentar las verduras, hortalizas y frutas. Un clásico, estarás pensando. Pero la cuestión es encontrar la mejor forma de hacerlo. Variar, descubrir recetas, nuevos sabores, nuevas maneras de cocinar lo que ya conocemos o incluir alimentos que nunca hemos visto u oído. Y todo esto ¿para qué? Para llegar al punto 3.
3. Disfruta de lo que comes. ¿Eres feliz comiendo así? ¿Te gustaría mantener esta forma de comer toda la vida? Estas son dos preguntas que repito frecuentemente en mi consulta. Son la base, el objetivo principal, lo más importante. Si contestas “no”, debemos plantearnos que está fallando y seguir probando. Una dieta perfecta escrita en un papel está muy bien pero no sirve de nada si no la llevas a cabo o si sólo eres capaz de soportarla un tiempo. Debes buscar aquella forma de comer que sea saludable y de la que disfrutes.
4. Ten una buena relación con la comida. La comida es una de las formas que tenemos de comunicarnos con los de nuestro alrededor. Expresamos gratitud o amor a través de ella. Sin embargo, aunque muchos no son tan conscientes, la comida es una de las formas más habituales de relacionarnos con nosotros mismos. La utilizamos para premiarnos, castigarnos, sentirnos mejor, desestresarnos, entretenernos y un sinfín de sensaciones más. Tienes que aprender a ser consciente de lo que te produce hambre realmente. ¿Es hambre real eso que sientes o es otra cosa lo que te está llamando? Si conseguimos ser más conscientes de nuestras sensaciones de hambre y saciedad, si sabemos determinar cuando tenemos ansiedad, seremos más capaces de decidir lo que queremos o no comer sin sentirnos culpables.

La comida es un gran placer. Por eso uno de mis lemas es “Ama tu forma de comer”. Si este año decides empezar una dieta, no te olvides que ese debe ser tu principal objetivo. La perdida de peso será sólo la consecuencia de avanzar por este camino.